EL ATARDECER DE LA VIDA

Tierra de aridez y desolación que sólo puede compararse con lo que llaman depresión.
Quien escuche su relato podría trasladarse a ese estado del ser en el que se siente el miedo, la incertidumbre y la penumbra. Quizás los que creen en el mas allá dirán que es un lugar para purificar los pecados, ese al que lo cristianos llaman purgatorio, pues no se siente la risa ni la total desesperación; es un espacio en el que el tiempo transcurre lento, no sale el sol y su mayor melodía es el crujir del viento.

Sí, de vez en cuando llueve, pero es tan poco relata su autor "que la aridez de la tierra es tan visible que se ha llenado de rajaduras y terrones endurecidos como piedras filosas que se clavan en los pies de los hombres al caminar, como si allí hasta la piedran le hubieran crecido espinas".

Pero existe la esperanza reflejada en el rostro de algunos niños, que aunque con cara de hambrientos, se les ve jugar en las áridas calles esperando una luz en el horizonte.

Comparada esta tierra con la felicidad, se puede decir que detrás de una tormenta viene la calma o quizás despues de la oscuridad esta la luz. Por eso a todos aquellos que vivan en la población de luvina, en el estado de la depresión o en el mismísimo purgatorio, están llamados a mirar mas allá de sus narices, están llamados a sacarle luz a la oscuridad; es decir a no resignarse con lo que la rutina les muestre... el hombre está hecho para grandes retos que dependen de su propia decisión.